“No tenés por qué querer a tu familia“: la nula relación de Anthony Hopkins con su única hija

Los 87 años encuentran a Anthony Hopkins activo, con proyectos y también enfocado en repasar su vida. Esas reflexiones -apoyadas en su flamante libro de memorias We Did OK, Kid– llevan sin falta a enfocar la mirada en la nula relación desde hace 20 años con su hija, Abigail.

La edición española de la revista Hola reconstruye que Abigail -quien tiene ahora 58 años- es fruto del matrimonio del actor con Petronella Barker, una actriz británica que tuvo siempre un bajo perfil.

Barker y Hopkins, contextualiza una nota de US Magazine, se casaron en septiembre de 1967. “Lo que siguió fueron los dos peores años de mi vida”, escribió Hopkins en su libro, tal como retoma US Magazine. Según el nuevo texto, las personalidades opuestas y sus problemas con el alcohol “condenaron la relación desde el principio”.

Pero, Hopkins reconoce en su texto que cuando se dieron cuenta de “lo mal que encajábamos”, Barker ya estaba embarazada. Un año después de la boda, en agosto de 1968, nació la única hija de la pareja.

“Intentamos sobreponernos por el bien de la bebé pero fue inútil. El matrimonio era un desastre, lleno de tensiones y celos”, escribió Hopkins.

“Comencé a conseguir más trabajo como actor y eso provocó resentimiento. Además, sentía mucha presión por pagar la hipoteca y mantener a la familia”.

Las peleas conyugales iban subiendo la intensidad. Hasta que una noche, según relató actor, la situación entre ambos “alcanzó un nuevo nivel”. El condimento extra, completa una nota de Panorama Web, fue la adicción de él al alcohol.

“Regresé de trabajar en Escocia. Agotado tras interminables días de rodaje y el largo viaje de vuelta a casa, dejé las maletas en el recibidor. Antes incluso de quitarme el abrigo, Petronella ya se burlaba de mí”, cita la nota de US Magazine.

“Nunca había sido físicamente violento. Aunque en ese momento eso casi cambió. Sentí tal repulsión que temí por mí y por ella. Sin decir palabra, pasé junto a ella y entré en la habitación de Abigail, donde la beba dormía y le susurré adiós”, dice la misma fuente.

“Regresé al vestíbulo, recogí mis maletas y salí de la casa sin quitarme el abrigo. Llevaba dos años con Petronella. Estuve a punto de irme muchas veces. Pero esa noche supe que tenía que retirarme para siempre. De lo contrario, Dios sabe cuáles hubieran sido las consecuencias,” sintetizó en el libro.

En ese caos matrimonial, Hopkins reflexionaba, tal como describe en el libro: “Me maravillaba que una criatura tan hermosa hubiera surgido de una unión tan destructiva”.

“Qué poderoso, pensaba, incluso en medio del horror de ese matrimonio y de mis propios fracasos, existían esos momentos tiernos con ella. Su habitación era un refugio”, cita la nota de US Magazine.

Pero, la realidad es a partir la separación él no construyó un vínculo sólido con la pequeña, que tenía catorce meses.

Los años siguientes del actor estuvieron marcados por la fama, un nuevo matrimonio y la recuperación del alcoholismo -él reconoció que llegó a beber una botella de tequila por día y que todas las noches salía a comprar whisky. En ese contexto, su hija no tuvo un lugar.

En 2006, Abigail, en una de las pocas entrevistas sobre el tema, le dijo a The Telegraph, “Nunca hemos sido realmente cercanos. Nunca hemos hablado de los grandes temas de la vida. Nuestra relación siempre fue muy esporádica”.

“Nunca sentí que pudiera hablar de ese tipo de cosas con él. No tengo recuerdos reales de haber vivido como familia con él. Sus acercamientos fueron intermitentes”.

“Eso destruyó mi salud mental. Reprimí tantas emociones en mi infancia que eso hizo que mi mente colapsara y estuve muy cerca de matarme”.

En sus memorias, Hopkins coincide con esos hechos: “Más allá de enviar apoyo económico, no tuve contacto con Petronella y Abigail durante algunos años. Es el hecho más triste de mi vida”, escribió el actor.

Siguiendo la cronología de su relación, una nota reciente de La Vanguardia, cuenta que en los años 90 -cuando ella participó junto a su padre en las películas Shadowlands y Lo que queda del día– hubo un intento de acercamiento que quedó diluido.

Luego, su esposa Stella -con quien Hopkins está casado desde 2003- trató de conectarse y tampoco tuvo retribución. “Le envió una invitación. Ni una palabra de respuesta. Así que pienso: está bien, perfecto. Le deseo lo mejor, pero no voy a desperdiciar sangre en eso”, dijo hace unos años, según The Independent.

Sobre ese distanciamiento, en 2018 dijo a Radio Times: “La gente se separa. Las familias se rompen. No tenés por qué querer a tu familia. No tienen que amarse. Bueno, es frío. Porque la vida es fría”.

Abigail relata en su cuenta de Instagram que atravesó en 2020 un cáncer de colon en estadio 3. Actualmente, está en remisión y realiza campañas para recaudar fondos para la clínica donde hizo su tratamiento.

Sin embargo, ahora, en su libro, reconoce que dijo esas cosas desde una coraza emocional, una actitud que heredó de su abuelo, y admite que el distanciamiento con Abigail es “el hecho más triste su vida” y que le “rompió el corazón”. También resalta que la “puerta siempre está abierta para ella” y que desea que “esté bien y feliz”.